20 años no es nada. Cita con la poesía
Pilar abrió la velada emocionada, inocente, sin sospechar que daba paso a su propio homenaje. Agradeciendo y recordando a todos aquellos que han hecho posible estos veinte años de Cita con la Poesía. También a los que se fueron recientemente, con un sentido recuerdo a Celestino González y Enriqueta Eguia, pilares de aquellos maratones de lectura del 23 de abril, durante el tiempo que pudieron ser. Que veinte años no son nada, dijo Carlos Gardel cuando versó con palabras el tango. No son nada y son tanto.
Recordó cuando ella y su tándem perfecto, Ángela Serna, decidieron conjunta y espontáneamente, ataviarse para la poesía, darle voz con el alma, pero también con capas, sombreros, túnicas y espadas, recreando tiempos y poetas eternos, en todas las lenguas que les han dado la oportunidad. Se han hecho eco en otros idiomas, en todas las edades y géneros.
El trabajo de muchos que creyeron en el proyecto ha acercado la poesía a la ciudad, abriendo camino a talleres, recitales abiertos y concursos. La poesía se ha hecho eco en espacios diversos, desde patios d colegio a prisiones. Tomando de la mano a múltiples disciplinas artísticas, creadores de música y escena, pintores. Pilar, como el silencio de todos los presentes allí esa tarde, reconoce la magia de Ángela y ésta, tomando la palabra, le hace recordar que Ella es también pilar de esta aventura.
Ángela incide, como su compañera, en el agradecimiento a Teresa Castro, que creyó en el proyecto desde el principio, testigo recogido por Enrique Uriarte. A Asier y a Urtzi como técnicos, a la librería Anegón… a tantos que han servido de soporte al verso durante dos décadas. Música y poesía no se entienden la una sin la otra. Un regalo de esta cita fue el quinteto de acordeones Lagunak, que nos deleitó con la pieza Los senderos del agua.
Tras el maravilloso paréntesis de las notas, se nos presenta a los cómplices de este merecido complot, ataviadas y ataviados para el verso, con las composturas de tantos poetas en los que Pilar mudó su piel, y los versos de las Edades del agua, un delicioso poemario de nuestra homenajeada, en el que fluye la gran mujer que hay tras su pluma. Carmen Vicente, Silvia Lobato, Conchi Leonardo, Julia Larrimbe, Felipe Marañón, Ángela Mallén, Maura Luis, Maribel Ortiz y Pepa García, engalanadas para la fiesta como Safo de Mitilene, Silvia Pla, Alfonsina Estorni, Penélope, Espronceda, Virginia Woolf, Emily Bronte, Wislawa Szymborska y María Zambrano.
Previamente, Rosa Plazaola, había repasado la vida de poeta de Pilar desde sus inicios, en los talleres de escritura creativa, evocando su generosidad acogiendo los mismos en su casa, cuando no había otro espacio, su formación como filóloga y su valía como maestra de las letras y rapsoda. Maite Santamaría destacará a la gran persona que hay detrás de su poesía, a la amiga y cuidadora.
Desde hace días, me resuenan estos versos, una deliciosa muestra de los mimbres de Pilar:
Esta es mi casa
en ella aprendí la caligrafía
del sol y de la sombra.
Esta es mi calle
en sus lindes abracé
el susurro del viento.
Este es mi río
en sus aguas crecí
pulida como un guijarro
en la corriente.
Esta es mi nostalgia
y en ella me he reconocido.
Conozco los secretos de la orilla
la fuerza del caudal
los envites del agua
y sé
que resistirás.
Tuve la enorme suerte de compartir aulas y cafés con ella, a finales de los noventa del siglo pasado. Fue, sin sospecharlo, maestra y compañera. Con los brazos siempre abiertos y como cantaba Silvio Rodríguez, con la palabra precisa y la sonrisa perfecta. Olajá pase algo. Ojalá veinte años más de poesía, contigo entre bambalinas y en el escenario.
Gracias, Pilar.
(c) Beatriz Rey, texto; LuisÁn Ortiz, grabación, edición y montaje de vídeo