domingo, octubre 26, 2025
Humanidades

El Quijote de esta Vitoria

El cuatro de octubre me encontré en el periódico una de esas esquelas que te duelen y, al mismo tiempo, te dejan de piedra.

Ramón Pizarro de Hoyos era una de esas personas sabias que pierde esta ciudad, provincianamente fría pero con el alma de abrigo. Con él falleció también la sátira de una ciudad donde sus personajes se divierten en la incultura.

Puedo presumir de que, cuando empecé a hacer cultura en mi ciudad —en la primera década de este siglo—, mantenía conversaciones interminables sobre literatura y otros temas con él. Alguna que otra vez cenamos para charlar o simplemente intercambiar impresiones.

Recuerdo un día en que, ni corto ni perezoso, me mandó leer Miau de Benito Pérez Galdós, para que adquiriese una visión más amplia de las debilidades del español pícaro. Yo, como un jovencito de veintipocos, le hice caso enseguida, abriendo así un nuevo mundo de letras que corría veloz hacia mi literatura.

Con Ramón te encontrabas por la calle —porque era fácil verle—, y una vez me empezó a hablar de la semejanza entre su querido Quijote y los locos que pierden la cabeza por aspirar a más, buscando un paralelismo con Sansón Carrasco, “el antihéroe del libro”.

Estudioso del lenguaje, enriquecía un vocabulario que ya se perdía sin remedio en el ajetreo del día a día, pero lo hacía con humor, dibujando una sonrisa o una carcajada en los presentes. Así tengo mil anécdotas, sobre todo de comienzos de este siglo, cuando la cultura en esta ciudad tenía voz y se la escuchaba, porque Ramón Pizarro de Hoyos era una pieza importante del puzle.

Pero lo que sí voy a echar de menos es la forma en la que entendías la vida literaria, mezclándola con tu profesión de jurista. Tal vez Vitoria se dé cuenta algún día de lo que se ha perdido contigo: lo que dejas y cómo lo dejas.

¡Ese es tu legado, querido compañero, porque tus palabras aún resuenan en esta fría Vitoria!

(c) Jorge Girbau Bustos, texto; Retrato foto recogido de noticiasdealava.eus y fondo, portada del libro de Ramón Pizarro de Hoyos, El miedo interminable, LA HUÍDA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *