Bitácora de un marinero sumergido en la fantasía. Capítulo segundo
Día 2. Diálogos
Segundo día de mi viaje.
Todavía no se ha levantado la luna y el chorro de luz se despide de este martes. El mar está en calma porque la Semana de lo Fantástico en las Artes, Tártalo, continúa su travesía por Vitoria-Gasteiz.
Un buen marinero sabe leer fantasía en la voz de las estrellas. Hoy no ha hecho frío en esta ciudad del norte de España, donde a veces la cultura parece dormirse, esperando la llegada de un hobbit o de un jedi.
En esta tarde tranquila nos hemos topado con una mesa redonda en el Centro Cultural Montehermoso titulada “Teoría y práctica de la traducción de lo fantástico”, con Quico Rovira, Blanca Rodríguez y África Vidal-Claramonte.
Este lobo de mar se ha dado cuenta de que los mapas de la fantasía a veces pueden estar equivocados por las distintas traducciones que existen.
El primer obstáculo en una traducción es básico, pero también el más importante: la ideología y la identidad.
Nada más nacer adquirimos una identidad; pero cuando morimos, ¿seguimos conservándola? En el mundo de la fantasía, la identidad es el eje de la vida y el refugio donde podemos desaparecer dentro de ella. Por eso, cada uno debe decidir si está dentro o fuera.
El caso de la ideología es distinto. Las palabras cambian de significado de un país a otro. Por ejemplo, el nacionalismo literario poco tiene que ver con el nacionalismo político. Y si hablamos de fantasía, debemos detenernos en las mitologías de cada civilización, porque ahí nacen las historias que dan forma a cada cultura. Conocer su latido es imprescindible para adentrarse de verdad en la fantasía.
Miro el mar de este festival y siento que los días por venir serán muy interesantes para este marinero en busca de nuevas fantasías que contar.
Mesa redonda, “Teoría y práctica de la traducción de lo fantástico”
(c) Jorge Girbau Bustos, texto, fotografia de portada y grabación de la mesa redonda
