viernes, marzo 28, 2025
Arquitectura

Desde los ojos de un pingüino

Imagina un barco encallando en una placa de hielo en la Antártida. Visualiza cómo la nave va perdiendo velocidad según la gélida grieta se abre, hasta que la Naturaleza vence la batalla y la máquina se detiene completamente. Ahora dirige tu atención a la proa e imagina un pingüino en la parte de abajo, justo donde hielo y casco se tocan. Deja de ser espectador y conviértete en el pingüino. Levanta la mirada y dime lo que ves. ¿Sabes qué veo yo? Algo muy parecido a la esquina de la iglesia de Santa María de los Ángeles de nuestra ciudad.

Cuando era pequeña y paseaba con ama y aita de la mano, recuerdo caminar por la avenida y pensar que ese edificio tan raro no podía ser una iglesia. Las iglesias tienen torres, campanarios y cúpulas, no esquinas puntiagudas ni campaniles adosados a viviendas colectivas, o eso pensaba yo. Aquello parecía un barco y, la verdad, me gustaba mucho más mi interpretación de la realidad que ella misma.

¿Por qué os cuento esto? Porque cuando construyeron esta iglesia, muchas personas repudiaron su diseño por considerarlo demasiado austero y tosco para ser la casa de Dios. Javier Carvajal y José María García de Paredes, sus arquitectos, crearon un espacio sencillo (que no simple) y modesto, cualidades propias de un buen cristiano; un lugar donde la clase trabajadora se sintiera identificada y abrazada. No ocultaron los materiales de construcción utilizados, sino que los dignificaron, porque Dios no distingue entre clases sociales.

La forma triangular de la zona del altar es consecuencia del urbanismo entre la avenida Gasteiz y la calle Bastiturri; la altura en forma de flecha, un símbolo de conexión con lo divino y la parte más impactante de esta edificación. La luz penetra al interior a través de un ventanal rasgado que, desde dentro, engaña al espectador. ¿Está la cubierta levitando?

La arquitectura moderna rompe con el tradicionalismo. En este caso, con una adaptación perfecta a un espacio geométricamente complicado, el reconocimiento a esta basílica ha llegado de la mano de una prestigiosa fundación dedicada a documentar y conservar arquitectura y urbanismo modernos: DOCOMOMO Ibérico (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement).

Yo, desde mis ojos de pingüino, sigo viendo la proa del barco, pero reconozco con orgullo que la historia de esta basílica me ha cautivado. Dime, ¿qué ves tú?

Iglesia de Santa Maria de los Ángeles

(c) Vanesa de la Puente, texto; Foto de Jesús Martín Ruiz, Fundación DOCOMOMO Ibérico (docomomoiberico.com)

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