miércoles, octubre 9, 2024
Cine y TV

¿Nos encontramos en el Siglo XXI y me estás hablando de película?. Macho, en qué mundo vives!

Como amante del audiovisual, y de las cámaras, me ha tocado vivir la transición entre lo analógico y lo digital. De las cintas magnéticas a los archivos digitales. Sin embargo, cuando uno tiene la oportunidad de ir aún más atrás en el tiempo se encuentra todo un mundo de posibilidades. Al principio, no lo sabe. Pero cuando se empieza a pegar con ello… Y lo conoce, y ve los resultados, esos colores, esa textura, acaba enamorándose de la película. Sí, la película. ¿Nos encontramos en el Siglo XXI y me estás hablando de película?. Macho, en qué mundo vives!.

Pues sí. A pesar de ello, vamos a hablar de película, y por tanto, de cine… Del verdadero cine. Y de los cartuchos kodak.

No tuve la posibilidad de estudiar en una escuela de cine pero sí realicé en su día una formación profesional de realización de audiovisuales. El cine digital ha traído consigo muchísimas ventajas. Programas que permiten una edición relativamente fácil de los archivos. Cámaras pequeñas, baterías que aguantan bastante, micrófonos pequeños y que graban directamente a cámara, calidades brutales de vídeo… pero… siempre hay un pero. Como ya he dicho anteriormente, esos colores, esa textura de la película. Actualmente, con esos programas de edición, como es el caso de DaVinci Resolve, de la marca Blackmagic Design, se puede uno acercar mucho a esos colores y a esa textura. Pero… sólo se puede acercar.

Por tanto, como realizador, hay momentos en la vida, que uno se topa con la posibilidad de jugar con aquellas cámaras y cartuchos con los que jugaron otros hace ya varias décadas.

Y empiezas a buscar información. Primero, intentas conocer qué formato es mejor. Si el Super8 o el 16 milímetros. Una vez que eliges formato, eliges la cámara. ¿Qué cámara será la mejor dentro de ese formato elegido?. Y recurres a internet, de nuevo, para lograr saber la cámara más adecuada para empezar. Y por último, ¿Qué tipo de sensibilidad de película me interesa más para el producto audiovisual que deseo realizar?.

Como muchos, comencé con el formato Super8. Y con una cámara como la Canon 514XL. Ni mejor, ni peor. Es una cámara muy utilizada por los amantes del cine Super8. Una cámara básica que posee un buen objetivo zoom (C-8) que va de los 9 a los 45 mm., teniendo la posibilidad incluso de macro. Y una apertura F de 1.4; Tiene también la posibilidad de un pequeño interruptor para cambiar entre luz del sol y luz de tugsteno. En cuanto a las velocidades que permite esta cámara están los 9 y los 18 fotogramas por segundo. En aquellos años, la velocidad predeterminada era de 18, luego ya pasó a 24. Para este tipo de cámaras. Para finalizar podemos hablar de que tiene la opción de poder fotografiar fotograma a fotograma.

Una vez conocidas las posibilidades de nuestra cámara, el aprendizaje sigue conociendo qué cartuchos podemos utilizar con nuestra nueva herramienta de trabajo. Y qué sensibilidades existen para adecuar la película a distintas posibilidades de luz o ambientes. La marca por excelencia de cartuchos de película es kodak. Y kodak posee tres opciones, 50d, sensibilidad 50 para día, 200t, sensibilidad de 200, digamos que es un cartucho que sirve tanto para exteriores como interiores, y por último, el 500t, de sensibilidad muy alta, para interiores muy oscuros pero que por contra ofrece mucho grano.

Hay más cartuchos, los inversibles, pero que son mucho más difíciles de exponer, ya que el rango dinámico es muy corto, y hay que atinar mucho para conseguir una exposición correcta. Los tres anteriormente comentados forman parte de las películas negativo, que son mucho más benevolentes con el rango dinámico.

Para finalizar esta primera aproximación al cine, y en concreto a rodar con super8, comentar que los cartuchos, así como el revelado, es caro, por lo que conlleva una cosa a tener en cuenta. Una planificación exhaustiva de lo que se vaya a rodar. En próximos artículos explicaré el proceso a seguir para tener una exposición correcta y que nuestra película, al ser revelada, tenga una imagen, unos colores y una textura adecuados.

Hablemos de hacer cine (1)

(c) LuisÁn Ortiz, texto y fotos

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