«Ave fénix», un trabajo introspectivo del escultor Rubén Bécares
Hola Rubén, ¡bienvenido a nuestra revista!
Cuéntanos, ¿Cuál es el título de tu exposición y por qué elegiste este nombre?
“Ave fénix” que es el título de esta exposición, es el resurgir del animal de sus propias cenizas. Esta exposición es un trabajo introspectivo de todas las decisiones importantes que he tomado en mis 36 años de vida. Un punto de inflexión para analizar el pasado y el presente, para abordar un futuro mejor, creo que el ave fénix representa perfectamente esta idea.
¿Hasta cuándo estará visible y dónde podremos disfrutarla?
Estará disponible hasta el domingo 29 de septiembre, se puede visitar de lunes a viernes de 17,00 a 19,00 h en la sala Espazioa, Calle Costa Rica 6 de Vitoria-Gasteiz..
Ingeniero pero escultor, cuéntanos cómo desarrollaste está faceta artística.
Empecé en el arte con el grafiti en 1996 y a partir de ahí he expuesto en varias exposiciones.
Estudié escultura en la escuela de artes y oficios y los escultores vascos siempre han tenido mi atención. Por todo ello he focalizado más mi atención en mi arte. Mi profesión como ingeniero mecánico y trabajar con los metales, indirectamente también ha hecho que mi atención e interés por los escultores vascos sea mayor. Va todo un poco de la mano, tanto la ingeniería como la escultura. Una más como trabajo y la otra como hobby.
¿Has tocado otros sectores en el mundo del arte?
Además del grafiti también hemos hecho un libro de artista que está disponible en la Fundación Sancho el Sabio. Mi interés se ha centrado siempre en la escultura, aunque también he tocado algún instrumento musical.
¿Cómo definirías tu obra?
Mi obra la defino como conceptual minimista, el concepto predomina en la obra y suelo tratar temas sociales que considero que no están bien en la sociedad. Me gusta ponerlos encima de la mesa para despertar el espíritu crítico, para generar ese “despertar” en la gente.
La escultura como forma de transmitir un mensaje. Otros eligen la pintura, el diseño o la ilustración, ¿Cómo desarrollaste este vínculo?
El arte como tal viene desde las cavernas, es la esencia absoluta del ser humano. En mi caso me decidí por la escultura porque me encanta cacharrear con los volúmenes desde siempre, cosa que se vincula directamente con mi profesión, y con la que siempre me he sentido muy cómodo.
¿Eres autodidacta o te has formado de manera profesional?
Me formé cinco años en la escuela de artes y oficios, pero también he leído mucho aparte, y he seguido formándome por mi cuenta.
¿Qué trabajo destacarías de tu recorrido?
Las obras que he hecho siempre en Espazioa, donde he preparado tres exposiciones individuales, y otra en la Caja Vital, que expuse de manera colectiva pero me cedieron un pequeño “choco” para mí. El poder tener un espacio para mí es un auténtico lujo, poder llenar un espacio de forma inmersa con mi obra.
¿Qué opinión tienes del panorama artístico actual?
Nunca he generado una opinión directa sobre el panorama artístico actual. Para mí el arte siempre he dicho que es una herramienta para que el ser humano se sienta pleno. La persona que se evada de cualquier movimiento artístico, sentirá que su vida no es plena. El arte es necesario para vivir.
¿Dónde podemos encontrarte y ver más cosas de tu obra?
Estoy visible en Instagram y Facebook. Actualmente no tengo página web, pero estoy visible en redes.
(c) Raquel Aguilar Díaz, entrevista