Reflexiones de un televidente 5
Horarios
El día tiene veinticuatro horas, esa es la realidad: veinticuatro horas para dar forma a nuestras inquietudes. Pero esas inquietudes, al calor de los focos, acaban transformándose en necesidades. Y esa palabra, “necesidad”, se convierte en un trabajo constante, en noches sin dormir, en dudas sobre qué preguntar y qué callar. Entonces aparece una pregunta que emborracha al más sabio y hace perder el control al más sobrio. Está ahí, casi la puedes tocar; las dudas te acompañan como si fueran eternas, pero justo en el momento más deseado, tu anhelo se desvanece igual que apareció.
Es de noche, hace frío, y lo único que quieres es volver a casa. Los actores, presentadores, directores, guionistas… aparecen al fondo de la alfombra. El público empieza a gritar. Como siempre, llegan tarde: lo justo para saludar a los fans, conceder tres o cuatro entrevistas y desaparecer entre bambalinas, rodeados de la parafernalia habitual. Ahora imaginad la escena: son las diez y media de una noche de septiembre, helada como pocas. La sesión empieza a las once, pero el equipo de la obra maestra llega tarde —¡como siempre!— y solo atiende a tres medios.
Tú sigues allí, con el micrófono en la mano, aferrado a algo que nace de las entrañas y se llama esperanza. Confías en ella, sueñas con ella y hasta mendigas un poco de ella, esperando que un alma caritativa te regale, aunque sea, una mandarina. Pero nada: otra jornada sin cenar, directo a la cama, no sin antes rezar —diez padrenuestros y diez avemarías— para que mañana sea mejor.
Y mañana vuelve a llegar. Otra vez estás en tu sitio. Y otra vez lo mismo: ellos llegan, posan y entran en escena. Esta vez, veinte minutos tarde. Veinte minutos en los que has pasado frío, con las manos heladas y la mirada cansada. Los ídolos, una vez más, no llegaron a tiempo, y tú te quedas sin postre de nuevo. Regresas a tu realidad, abandonas la alfombra con la cabeza llena de preguntas sin respuesta, sudando por dentro mientras todo lo planeado se desordena, como casi siempre.
¡Otra vez llegaron tarde los actores!
Viernes 5 de septiembre de 2025, quinto día de FesTVal
(c) Jorge Girbau Bustos, texto y entrevistas; LuisÁn Ortiz, edición, montaje y grabación del vídeo