miércoles, diciembre 11, 2024
Arquitectura

ENSALADA CULTURAL para despedir el año

Somos conscientes de estar consumiendo Cultura cuando leemos, cuando escuchamos música, cuando vemos una peli, cuando visitamos museos o galerías de Arte, cuando vamos al teatro…, pero no cuando paseamos y recibimos los estímulos que los edificios que nos rodean nos envían sin cesar. La Cultura está en todas partes y no hace falta individualizarla ni catalogarla para disfrutar de ella. De hecho, en este artículo vamos a hacer una ensalada cultural, mezclando arquitectura, música, cine y filosofía. ¿Preparados para cocinar?

Empezamos con el ingrediente musical: una estrofa de la canción El Baúl de los Recuerdos, de Karina:


Buscando en el baúl de los recuerdos
Cualquier tiempo pasado nos parece mejor
Volver la vista atrás es bueno a veces
Mirar hacia delante es vivir sin temor

Habrá quien no la conozca, lo sé, pero también quien la haya cantado según leía los versos (los de este segundo grupo ya no somos jóvenes). Esta canción es de 1969, posterior a la construcción de la casa Alfaro-Fournier, pero ha resistido al paso del tiempo y define muy bien el sentimiento que me invade cuando veo joyas arquitectónicas abandonas y destrozadas, como es el caso. Es bueno, y necesario volver la vista atrás para disfrutar de un edificio precioso que tuvo un pasado mejor, porque en su destino, como decía mi abuela, parece que «pintan bastos» (ojalá me equivoque).

A principios del siglo XX, ubicada en el número 5 de la calle Manuel Iradier, esta casona exenta se exhibía con arrogancia y orgullo en un terreno de poco más de tres mil metros cuadrados; ahí es nada. Félix Alfaro Fournier disfrutó en su vivienda de unas vistas y una situación privilegiadas, de acuerdo con su posición social. Félix fue un hombre inteligente que se dedicó a exprimir la influencia de su apellido en ámbitos culturales, además de dirigir la famosa fábrica de naipes familiar.

Este palacete mezcla con elegancia y creatividad estilos arquitectónicos diversos, alejándose de la rigidez de las normas y de las modas establecidas, como si Félix quisiera dejar su impronta en el edificio. A este estilo arquitectónico se le conoce como «eclecticismo», palabra que proviene de un término griego que significa escoger: eklegein.

Si yo pudiera escoger, escogería que esta casa estuviera protegida, que no la declararan ruina, que la restauraran y que nuestra ciudad volviera a disfrutar del hermoso palacio que le pertenece por derecho histórico; pero yo no puedo escoger. Actualmente se debate entre papeles el destino de lo que a día de hoy parece la casa del Terror: un montón de muros y techos estropeados y apuntalados, con los cristales de sus ventanas rotos y su incuestionable belleza oculta tras la maleza y la suciedad.

Si yo pudiera escoger, que no puedo, el palacete Alfaro-Fournier no solo recuperaría su papel protagonista en el urbanismo local, sino también ese que tuvo en el ingrediente cinematográfico de nuestra ensalada: la película Mañana de domingo.

Esta comedia fue grabada íntegramente en nuestra ciudad en 1966 y se estrenó por todo lo alto en el Teatro Guridi en 1967. Si queréis borrar de vuestra mente la imagen actual de esta preciosa casa y sustituirla por su auténtica esencia, aquí os dejo un enlace como regalo, algo muy adecuado teniendo en cuenta que estamos en diciembre. Disfrutad de Alfaro-Fournier y de toda nuestra ciudad mientras veis Mañana de domingo. No fue un éxito taquillero ni será recordada como una obra maestra, pero estoy segura de que arrancará vuestras sonrisas.

Mañana de domingo

Diciembre no solo es mes de regalos, sino también de reflexiones y de comilonas. Termino con unas citas filosóficas esta ensalada tan apropiada para contrarrestar la ingesta excesiva de calorías que tenemos por delante:

«El pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que de deberíamos evitar».
(J. Ortega y Gasset)

«Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos; sin responsabilidad, quizá no merezcamos existir».
(José Saramago)

El pasado, ese que según Karina nos parece mejor, no es más que el presente de un momento anterior a este. Hay que cuidar lo que tenemos ahora para que el presente de dentro de unos años (el futuro) no desluzca como lo hace hoy el ingrediente estrella de nuestra ensalada: la casa ALFARO-FOURNIER.

La casa Alfaro-Fournier en la actualidad

(c) Vanesa de la Puente, texto e imagen actual; Lorenzo Elorza, foto antigua, fuente ATHA

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