Entrevista: Ángel de Lucas
¡Buenos días Ángel!
Además de ser un buen profesor de “Atrévete con la poesía” en los talleres de Aldabe y Hegoalde de Vitoria Gasteiz, se licenció en Psicología y tiene pinta de persona humilde y bondadosa.
¿Qué más nos puede contar sobre usted y su obra: el recién publicado libro de poemas “Taquicardias”?
La poesía me ha gustado desde pequeño pese a no contar en el domicilio familiar con libros ni de poemas, ni de otros temas. Y en la escuela tampoco había casi ningún libro. De pequeño solo compraba tebeos que era lo que compraban mis amigos en aquellos años 70 en un pueblo perdido del noreste de León. Tengo que decir que mi padre escribía poemas largos con rima en asonante y contaba diversos aspectos de su vida (viajes, asuntos sociales, huelgas…). Pensándolo bien yo hago lo mismo pero de otra forma, con otra estética.
En este primer libro autoeditado hay algunos poemas de hace igual quince años. Un día me dije, voy a hacer algo con estos poemas, creo que ha llegado el momento.Tenía un montón y tuve que hacer una tarea de selección. La poesía es exploración y juego. Como te pongas tenso las artes huyen de ti. Hay que volver a ser niños.
¿Ha habido momentos de taquicardias en su vida?
Todas las personas tenemos una vida y siempre hay secretos y misterios que nos acompañan. No llegamos nunca a conocernos del todo y menos a los demás. No soy de carácter impulsivo, aunque en mis poemas me gusta que haya algún tipo de tensión ya sea poética o narrativa. Que haya ciertos contrastes para ensalzar y fortalecer el poema.
El título del libro no me acaba de gustar del todo pero tiene su punto gracioso.
¿Tuvo que tomar alguna medicación para suavizarlas o las suavizo gracias a sus herramientas como Psicólogo?
Pues mira, después de licenciarme de psicología, estuve en un grupo de terapia grupal, luego individual, formación en terapia Gestalt y luego conocí el eneagrama que es una herramienta fantástica para luchar contra los impulsos limitadores y destructivos de los 9 egos que todos tenemos y que resultan a veces inescrutables para uno mismo. A veces las medicaciones psiquiátricas son una solución falsa a los problemas reales de las personas. Fui a estudiar psicología porque quería saber quién era yo. Los poemas son las migas que se caen por el camino que recorres. Al final ya no sé quién soy pero me inquietan pocas cosas. Y soy bastante feliz.
¿Dónde nació ese interés por la escritura y en concreto por la Poesía?
Nació en la infancia en forma de semilla, en la adolescencia con las clases de literatura empezó a crecer un poco y en estos últimos años ha sido una actividad de fuerte intensidad, debido al taller de poesía que me supone un acicate para seguir leyendo y perfeccionando los detonantes de la creación tanto para mí y para los demás. Aparte de la poesía, siempre me han gustado casi todas las artes.
¿Para quién escribe y por qué lo hace?
Pues yo creo que para mí, para explicarme o justificarme de alguna forma. Y para ser otro también. Aquí entra también el reto que es tener que mirarse y removerse de forma constante. Siempre he ido en mi busca y captura. Conseguir algún tipo de belleza lingüística tiene su mérito. Y su recompensa. Sentirse un pequeño dios por un rato es muy reconfortante. Es importante buscar y encontrar el propio manantial.
¿Quiere transmitir algún mensaje importante a la humanidad con sus poemas?
Lo del mensaje a la humanidad me parece muy presuntuoso. Todo poeta tiene que tener algo de filosofo. Para mí el arte es una herramienta para el disfrute, la expresión y ha de tener un componente de compromiso, de ética aunque en el poema no notes a primera vista el trasfondo. El arte te puede hacer soñar y también despertar. Debe haber alguna crítica al sistema que a veces está tan desnortado.
Ante la pregunta de qué es la vida, parece que el occidente capitalista cierra los ojos y reduce la vida a ganar dinero de cualquier forma (legal o ilegal) y que la vida es la economía. Y lo demás (el arte, los valores humanos, juegos, empatías, etc) no cuenta mucho. Esta ignorancia, esta dicotomía nos está llevando a una crisis que no acabamos de reconocer.
¿Le gustaría ser un escritor famoso y publicar muchos libros traducidos a varios idiomas?
Pues la verdad es que sería un sueño pero a veces los sueños pueden acabar en pesadillas. No me interesa el aspecto exterior del arte, el éxito agresivo y competir a muerte en la sociedad por un poco de fama, o prestigio. Me dejo llevar por la vida.
¿Cuál es su mayor sueño, o tiene muchos?
Mi mayor sueño es (lo dice Pessoa en un poema que acabo de leer) abdicar de la parte malsana y destructiva de mi mismo y ser el rey de todas las energías que transitan dentro de mí. No sé si me explico. La felicidad está detrás de tu montaña.
Después de esta entrevista le compré el libro a Ángel De Lucas Vega, su nombre ya era premonitorio y su lugar de origen, un pueblo de León parecido al mío, daban señales de que aquél libro y aquél escritor prometían y no cabe duda de que así ha sido.
En los pueblos de León se hace la matanza del cerdo en la época de más frío, él y yo lo hemos vivido y ahora desde la ciudad lo vemos igual.
Si desean saber de qué les hablo, no se pierdan la maravillosa oportunidad de disfrutar de la lectura de este libro “Taquicardias” que no es un libro que hable todo el rato de los demás, sino que también lo hace y mucho de él mismo y esto último lo honra, lo hace a él valiente y a su escritura más sugerente.
Gracias Ángel por ser como eres, por contestar a esta entrevista y por reunir como buen Chamán de las letras a tantas personas alrededor del fuego de la poesía.
(c) Raquel Castro Zapatero
