Cita con la poesía, Antonio Méndez Rubio
“Clic, seguido de excepto”, Editorial Olifante.
Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, 21 de febrero de 2025.
En su búsqueda de nuevas voces, la mano de Ángela Serna nos trajo a Antonio Méndez Rubio, cuyos versos buscan y rompen el silencio a la par, donde cada palabra reivindica su reclamo de esencia, de verdad: azota la conciencia. Es la suya una poesía cortante, agitadora, como atinadamente apuntó Serna, desasosegadora. Profundamente intimista, modula nuestra respiración, sella los labios e impulsa a bucear en las conciencias, a la caza de carencias y conflictos irresueltos.
Sus poemas, irreverentes, desafiantes, son flores rompiendo el cemento, que exploran y materializan imposibles. Se resisten a la pérdida y le ganan la batalla al encierro, a la negación; tachan lo inhacedero y crean verdad. Desde una arqueología del lenguaje, hacen de la Naturaleza su aliada, juegan con las sombras y la noche, desde las que bosquejan esperanza. Alían y fusionan el alba y el crepúsculo, proyectando la luz. Antonio afirma que plantean problemas para los que no ofrecen respuesta. Yo siento que nos dan el poder de creer en ellas y de no desistir en su revelación.
Son versos introspectivos, que exigen pausa y lectura en soledad, acompasada al latido. Creamos en ese sol (“ni el sol se equivoca de sitio”) que nace de lo oscuro, del frío, de la tormenta, de lo incómodo, de la rabia. La voz de Antonio es revolucionaria, un potentísimo eco de salto al vacío, una búsqueda incansable de la belleza desde la oscuridad, una corriente que nos conduce por caminos intransitados, un pulso vital desde la libertad del precipicio. Es pura negación del miedo, del conformismo; un grito implacable de reconquista de un yo soberano, en armonía con su entorno y con su propio cuerpo, que corta sus hilos de marioneta, de cuya madera brotan raíces, desafiante y libertador, con la poesía como hilo conductor y forma de vida.
Concluyo rescatando estos versos del poeta, que reverberan en haz el reclamo de esa esperanza, callada por un sistema contra el que se subleva.
Claro en la noche
El ave que no encontró consuelo vuela perdidamente,
Sin más razón que la desobediencia.
Roza las hojas altas sin posarse
cuando el silencio desenreda la luz
para probar su transparencia oscura.
El aire aguarda, donde el ramaje está entreabierto,
hasta saber por qué la claridad
no puede verse. Cómo desea el silencio
de la luz escuchar
otra vez el silencio en las palabras.
La interrupción comienza siempre.
Ajena a todo nombre, el ave pasa.
Cita con la poesía, Febrero 2025
Entrevista en profundidad con Antonio Méndez Rubio
(c) Beatriz Rey, texto: Jorge Girbau Bustos, entrevista; LuisÁn Ortiz, Grabación, edición y montaje