Nadie es nadie
«Tres barrotes y una luna» de Vanesa de la Puente Blanco de Nimbo Cultura.
Nadie es nadie. Todos los personajes de esta novela son de ficción o tratan de serlo, en un mundo que poco a poco se abre, explora otras literaturas, otras formas de narrar que golpean para despertar a los lectores que se pierden en esta historia de Vanesa de la Puente Blanco: Tres barrotes y una luna; es más que una novela carcelaria; en ella nos pretende abrir los ojos sobre temas de actualidad porque la escritora mira su obra como un espejo para hacer critica social; porque Vanesa de la Puente vive en la escritura, en sus personajes que van cambiando de objetivos y de pensamientos hasta llegar al final que cada escritor quiere llegar.
Nos presenta en esta novela a Maria Robleda, una mujer que puede llegar a ser mala. Pero dentro de esa maldad siempre se refleja la luna como un espía de nuestras acciones que nunca caen en saco roto. Hasta la propia luna llora por todos los pecados que se cometen al anochecer; y aparece esta protagonista que tiene decisiones, conjeturas y soluciones que sólo ella entiende; podemos entender a Maria Robleda porque es un personaje que se refleja en todos nosotros o nosotros nos reflejamos en ella.
En definitiva, esta novela construida en cinco partes, trata de indagar sobre qué papel tiene la mujer en la sociedad, sus esperanzas, sus obsesiones y sus pensamientos; vemos diferentes arquetipos en un thriller que lo único que quiere es huir de su género para seguir creando desde un todo que lucha contra lo desconocido para llegar a ser ese nadie que buscaba continuamente Emily Dickinson en el siglo romántico, y parece que Vanesa de la Puente Blanco ha llegado a ese nadie donde toda la filosofía de sus personajes sale de esa nada que todo creador anhela.