Entrevista a Mauro Entrialgo
Bienvenido Mauro a CulturaBAI,
Desde la revista Makoki a nuestra querida TMEO, cuéntanos como miembro fundador, cómo fueron los inicios.
En aquel momento todo pasaba tan rápido que ni siquiera era consciente de que aquellos tiempos eran los inicios de nada. Empecé a autoeditarme fanzines por mi cuenta porque me gustaban los cómics, luego me llamaron de otros fanzines para colaborar, después de alguna revista pero ya cobrando y, al mismo tiempo, seguía estudiando. Además, siempre he colaborado para varios sitios a la vez, con lo que es bastante difícil separar etapas concretas de “primero trabajé aquí, luego en este otro sitio”. Cuando llegué a Madrid, todavía no me daba para vivir de esto, así que estuve trabajando también de rotulista de talleres mecánicos. Era un no parar: unas revistas cerraban, otras abrían, me llamaban para dibujar portadas de discos, para escribir guiones, escribí varias obras de teatro, luego una peli… En algún momento, me di cuenta de que era ya un dibujante de historietas profesional o algo parecido y casi ni me di cuenta de cómo lo había conseguido.
¿Podemos conseguir TMEO revista en otros puntos del país?
La distribución del TMEO en papel ha sido siempre un lío y, además, se ha ido adaptando a medida que evolucionaba el entorno social. Ahora mismo, mantenemos nuestra distribución propia por bares del País Vasco, sobre todo por tradición, por militancia y porque nos mola, pero ya no se vende ahí el 90 % de la tirada, como pasaba en los 80 y 90. También tenemos una distribuidora de prensa para kioscos y librerías que desborda un poco nuestro territorio por la Rioja, Burgos… Y, finalmente, por el resto del estado distribuimos, prácticamente solo a tiendas de cómics. Pero todavía hay algún bar y alguna tienda a la que distribuimos directamente como, por ejemplo, Chopper Monster en Madrid.
Hace poco hablé con Iñaki Larrimbe sobre la sede que teníais en Herrería, pero actualmente trabajáis casi todo de forma digital en casa desde hace tiempo, ¿es así?
En realidad, aquello de estar muchos currando a la vez en nuestra bajera de Pamplona junto al Arga o en la redacción de la calle Herrería de Vitoria se acabó hace muchísimos años, entre otras cosas, porque ya vivíamos casi todos en distintas ciudades. Sí que manteníamos allí las reuniones de la junta y de redacción, pero se fueron sustituyendo, sobre todo, por grupos de correo (las videoconferencias no es lo nuestro). Así que solo nos veíamos para celebraciones y el local de Herrería se convirtió, simplemente, en un almacén en el que curraba Kini haciendo paquetes, corrigiendo la revista o cogiendo llamadas. Ahora Kini se ha retirado de esas labores (aunque no como colaborador), así que no tenía sentido seguir manteniendo la lonja.
Y de TMEO a El Jueves con Ángel Sefija. ¿Cuántos años llevas con tu viñeta semanal?
Calcular los años que llevo en el Jueves es muy sencillo porque empecé en el año 2000. Así que, como estamos en 2024, pues 24.
¿Cuál de tus dibujos/personajes dirías que te ha ayudado a alcanzar la fama en tu trabajo?
No lo tengo claro. Cuando firmo libros en pases de firmas cada lector tiene muy claro cuál es mi personaje más famoso porque recuerda dónde conoció mi trabajo, pero no suelen coincidir entre ellos y varían mucho las opiniones dependiendo de la edad y otros intereses. Algunos personajes que suelen decir mucho son: Ángel Sefija, Drugos, Herminio, el Demonio Rojo, Alter rollo…
Y después, hay que tener en cuenta que he ido usando cada vez menos los personajes fijos, así que ahora ya hay gente que conoce mi trabajo solo por, por ejemplo, mis chistes de humor gráfico en “El Salto” y no les suenan mucho mis personajes.
Gente Pez, Fat Esteban y Esteban Light. Música y cine. ¿Sigues trabajando en otros campos además de la ilustración?
Sí, claro. Suelo decir que yo me dedico a contar historias y que, para cada una de ellas, utilizo la forma que más adecuada me parece. Por ejemplo, en breve voy a publicar mi primer ensayo, que se presentará la primera semana de octubre. Se llama “Malismo”, edita Capitán Swing y habla de la ostentación del mal como propaganda, un fenómeno muy extendido hoy en día no solo en política sino en otros campos como la comunicación comercial, los programas de televisión o la creación de contenidos en redes sociales. En este caso he considerado que el texto puro y duro era el medio más indicado para contar lo que quería, así que solo he usado la ilustración para la cubierta.
«Cómo convertirse en un hijo de puta» de Herminio Bolaextra como fan de tu trabajo, diría que es uno de los cómics que mayor difusión han conseguido de tu obra. ¿Es así?
Efectivamente, uno de los que más. Mi cómic más leído y traducido a más idiomas es “El conflicto del Sahara”, pero “Cómo convertirse” es el segundo. El año pasado llegamos a los 20.000 ejemplares vendidos.
Herminio Bolaextra es sin duda, uno de tus personajes más reconocidos, ¿Dirías que también es tu favorito?
No exactamente. Me ha dado alegrías, pero en algunos momentos, también cierta desazón. De hecho, “Malismo” incluye un epílogo en el que anuncio y explico por qué voy a matarlo dentro de poco y dejar de dibujar sus historietas.
¿Alguna vez has expuesto tus trabajos para poderlos disfrutar en algún local?
Sí, he hecho muchas exposiciones de muchos tipos: de originales, de pintura, de instalaciones, de videoarte… Hasta hice una exposición de historietas un tanto metalingüística en la que contaba por qué no me gustaba mucho hacer exposiciones de historietas.
Actualmente resides en Madrid, ¿sigues teniendo vínculo cultural con nuestra ciudad?
Sí, sobre todo con el TMEO, pero esporádicamente, con muchas otras instituciones vitorianas. Desde que me fui a Madrid he colaborada con el festival de Jazz, el Artium, la librería Zuloa, la perfumería Ibarrondo, la Fundación San Prudencio, la escuela de hostelería de Gamarra, la casa de cultura Aldecoa…
Siempre me gusta preguntaros esto: ¿Qué le dirías a un artista vitoriano que quiere dar el impulso y vivir de su arte?
El escaparate que eran en mi época los fanzines, son ahora las redes sociales. Yo empecé a publicar en Makoki o El Víbora porque sus responsables habían visto historietas mías en Octopus o el TMEO. En la última década, el 95 % de los autores nuevos del Jueves, por ejemplo, entraron porque alguien de redacción vio sus historietas en alguna red social. Si nadie ve tu trabajo, es difícil que te llamen mágicamente y las redes son la herramienta más sencilla para mostrarlo.
¿Tienes tienda on line?
Sí, pero es algo más para fans que otra cosa. Como mis álbumes de cómics oficiales ya se pueden conseguir en librerías, no los suelo vender yo. La dedico más a la venta de cositas inencontrables por otros canales: pegatinas de tiradas limitadas, fanzines autoeditados raros, algún sobrante de álbumes descatalogados, obra gráfica, algún disco de Esteban Light, originales de ilustraciones, collages…
Dinos dónde podemos encontrarte.
La dirección de la tienda es payhip.com/MauroEntrialgo.
(c) Raquel Aguilar Díaz, entrevista; Mauro Entrialgo, fotos; Irene Medina, retrato