«‘Espejo’ es una metáfora del autodescubrimiento, donde cada espectador puede ver algo suyo, su reflejo en mi historia», Anastasia Shevchenko
El título de tu exposición es «Espejo», háblanos qué significa para ti este título.
El nombre «Espejo» simboliza para mí el reflejo del mundo interior a través de la creatividad. Mis cuadros son una forma de mirar dentro de mí y ver lo que se oculta tras las máscaras y la coraza exterior habituales. Pasé por un camino difícil para convertirme en artista, y a través de mis obras muestro no sólo momentos de dolor y oscuridad, sino también la luz que pude encontrar en los rincones más oscuros de mi alma. «Espejo» es una metáfora del autodescubrimiento, donde cada espectador puede ver algo suyo, su reflejo en mi historia.
¿En qué estilo diríamos que está clasificada tu obra?
Me resulta difícil clasificar mis obras en un solo estilo, ya que me inspiro en diferentes situaciones vitales. Supongo que podría decirse que se encuentran en la intersección del expresionismo y el posmodernismo, ya que me esfuerzo por transmitir sentimientos emocionales y estados interiores a través de imágenes simbólicas y colores contrastados.
¿Vives exclusivamente de tu obra o tienes otra profesión aparte?
El arte es la base de mi vida y la principal fuente de inspiración. Pinto y dibujo profesionalmente, pero también me apasiona aprender modelado 3D y programación en la industria de los videojuegos, ya que creo que es más fácil ganarse la vida en este campo. Mi objetivo en este momento es mejorar mis habilidades de dibujo y aprender más sobre anatomía, que ayuda mucho en el modelado 3D.
¿Qué tal está siendo tu experiencia por España? Háblanos un poco de las ideas y proyectos que tienes a corto plazo en nuestro país.
Como me licencié en hostelería en Ucrania, mi primer trabajo en España fue en un restaurante. Trabajé como barista en una de las cafeterías de Vitoria-Gasteiz que, por desgracia, ahora está cerrada.
Tengo pensado seguir colaborando con la Asociación «Ucrania-Euskadi», seguir escribiendo, desarrollando y presentando nuevos proyectos juntos, lo que me permitirá seguir organizando exposiciones, creando arte y compartiendo inspiración con otras personas.
Para mí es importante no sólo crear, sino también inspirar a la gente a través de mi trabajo, despertar en ellos el interés por la cultura y el arte. Al fin y al cabo, la cultura y el arte son la base de nuestra identidad, conforman nuestra percepción del mundo y nos dan la oportunidad de dar sentido a lo que ocurre a nuestro alrededor. Creo que a través del arte podemos preservar y transmitir nuestra historia a otras generaciones, inspirando a nuestros contemporáneos y a las generaciones futuras para nuevas ideas y logros.
Háblanos de tu artista favorito y una obra que destacarías de él.
Es muy difícil destacar a un solo artista, porque la historia del arte está llena de maestros sobresalientes que inspiran no sólo con sus obras, sino también con sus historias. Además, el arte contemporáneo también impresiona por su diversidad y sus ideas audaces. Sin embargo, me gustaría mencionar al artista francés Paul Delaroche (1797-1856), y especialmente su cuadro «La jeune martyre», pintado en 1855. Cuando vi por primera vez esta obra, me causó una profunda impresión. Cada detalle de la escena, cada pincelada, parecían penetrar en mi alma, evocando asociaciones personales con la heroína del cuadro. Esta obra se convirtió para mí en un símbolo de una profunda experiencia emocional que sentí con todo mi cuerpo.
Vivir del arte siempre considero que es complicado, salvo que te lo montes muy bien y le dediques el tiempo necesario, ¿qué opinas tú?
Sí, realmente lo es. Al principio es muy difícil dedicar toda la vida sólo a pintar, porque prácticamente no reporta ingresos. Es especialmente gracioso cuando la gente aconseja algo así como: «¡Es tan fácil pintar cuadros por encargo!», como si encontrar clientes que no sólo aprecien tu estilo, sino que además estén dispuestos a pagar por él, fuera tan fácil.
Para ganarse la vida con el arte, primero hay que elegir una dirección en la que uno quiera desarrollarse, porque realmente hay muchas hoy en día. Personalmente, tomé la decisión de dedicar mi vida al arte, y ahora estoy explorando diferentes áreas. Por ejemplo, obtuve los certificados de máster en tatuaje y máster en saneamiento e higiene, y ahora me dedico activamente al modelado en 3D para videojuegos. Hubo un periodo de mi vida en el que probé suerte con el arte digital, pero no me gustó demasiado.
Siempre digo con una sonrisa que si no tengo éxito en otras direcciones, puedo pintar grandes lienzos con contenido MUY explícito por encargo – ¡siempre parece haber demanda para eso, jajajaja!
¿Hasta cuando estará tu exposición en activo?
Mi exposición «Espejo» estará abierta al público durante todo un mes, del 5 de octubre al 5 de noviembre. Podrán visitarla de 17:00 a 19:00 de martes a domingo.
¿Dónde podemos encontrarla? Mándanos una ubicación.
La exposición tiene lugar en Vitoria-Gasteiz, Calle de los Herrán 27.
¿Y a ti? envíanos un enlace para que la gente pueda visitar tu trabajo.
Tengo una cuenta de Instagram donde comparto tanto mis obras de arte como momentos de mi vida personal: yorogumo_san.
Además, mi obra también está disponible para su compra en la plataforma Saatchi Art, donde estoy representada bajo el nombre de Yora: https://www.saatchiart.com/en-es/yora
Sin embargo, es posible contactar conmigo directamente para comprar algún cuadro.
Más sobre Anastasia Shevchenko
Presentación
Hola, me llamo Anastasia Shevchenko, tengo 22 años y me resulta difícil llamarme artista.
Mi camino creativo fue extremadamente espinoso y muy duro. Me enseñaron a dibujar desde los pañales, ya que mi tía Yulia era una artista de éxito. Intentó acercarse a mí, transmitirme sus conocimientos, pero yo era una niña extremadamente testaruda, y obstinadamente no quería dibujar, así que en algún momento perdió la esperanza de enseñarme este oficio.
Con el paso de los años, nos distanciamos y su enfermedad avanzó. En otoño de 2012, falleció. Y así me quedé sola, en su habitación, que me había sido cedida. Entre caballetes, pinceles sucios, decenas de libros de anatomía, ordenadores y cientos de obras inacabadas.
Con el paso del tiempo, mi cerebro bloqueó casi todos los recuerdos de aquellos terribles días, y decidí intentar dibujar por primera vez desde que Yulia dejó de enseñarme (fue en algún momento de principios de 2013). Recuerdo perfectamente mi primer dibujo: era una chica con el pelo azul tumbada en la hierba, su cuerpo descomponiéndose lentamente y una rosa rizada envolviendo sus restos. Bastante deprimente si lo piensas y recuerdas que entonces solo tenía 11 años, jajaja. Pero fue entonces cuando me di cuenta de que podía expresar mis emociones en papel. Empecé a dibujar cuadros de otros artistas, a redibujar momentos de cómics y, así, a reaprender a dibujar a partir del trabajo de otras personas y a adquirir conocimientos tan valiosos. Cuando por fin llegué al punto en que podía dibujar algo por mí misma, la gente empezó a decir cosas como: «Bueno, desde luego no es una artista». A partir de ese momento, mis dibujos sólo los veían un par de personas cercanas, después de todo, ¿cómo es posible que el trabajo de una «no artista» sea visto por la gente? Con el paso del tiempo, mis habilidades de dibujo mejoraron, empecé a aprender los fundamentos de la anatomía humana, escondiendo mis horribles bocetos en mis cuadernos de dibujo de la infancia. Pude ver mis progresos, mi trabajo empezó a ser visto por cada vez más amigos y conocidos. Empecé a recibir el apoyo que tanto necesitaba.
Pero en 2017 murió mi abuela, cuya muerte vi y oí desde la habitación de al lado, sin poder hacer nada. Se estaba ahogando y mi madre gritaba. En algún momento se hizo el silencio.
Un mes después, falleció mi bisabuela. Otra vez el funeral, otra vez el ataúd, otra vez el mismo cura.
A partir de ese momento, mi vida fue cuesta abajo. Empecé a beber y a consumir. Enmascarado como un extrovertido, intenté llenar el vacío de mi interior con alcohol y un número increíble de personas desconocidas. La creatividad ya no ayudaba, el apoyo de los seres queridos se convirtió en nada. Lo único en lo que pensaba en aquella época era en el alcohol y en qué situación «interesante» me metería todavía. Cada vez que recuerdo ese periodo de mi vida, me sorprende haber conseguido seguir con vida, porque me balanceaba deliberadamente al borde de la vida y la muerte, y sólo «por interés» me encontraba en situaciones condenadamente peligrosas. Pero al amparo de la noche, cuando terminaba la siguiente botella de vino, acababa el último cigarrillo de la ventana abierta, y la radio sonaba desde el altavoz, desde la abrumadora sensación de soledad y vacío cogía un lápiz, papel de pésima calidad y creaba. Todo yo estaba en estos dibujos, todo mi estado estaba en estos cuadernos.
Con el tiempo, me acostumbré a los constantes vaivenes emocionales, a la constante sensación de vacío. En 2021, empecé a pintar al óleo. Fue entonces cuando saqué todos los materiales que me quedaban de mi tía, compré pinturas nuevas y empecé a crear con renovado vigor.
Exactamente el día de Navidad de 2021, me encontraba en Vitoria-Gasteiz, donde había venido a visitar a mi mejor amigo (ahora ya prometido). Pero no podía estar mucho tiempo sin creatividad, así que me pedí un kit de artista con todo lo que necesitaba. Así empezó mi viaje creativo por España. Mi primer cuadro con estos colores fue una chica pelirroja con un fuego en la mano. Es el cuadro principal de mi exposición «Espejo».
Tras el comienzo de la guerra en Ucrania, mi estado se agravó mucho. Mi ira se convirtió en apatía, ya no podía levantarme de la cama, no podía comer. Cada día era una tortura para mí, y en lo único que pensaba era en lo mucho que deseaba estar bajo tierra, junto a mi tía y mi abuela. Pensaba mucho en cómo organizar mi partida de la vida, para no dificultar a mis familiares el transporte del cuerpo, los problemas con los documentos y demás. El momento más aterrador fue cuando no me preocupaba por nadie, cuando ya había tomado una decisión sobre dónde pasaría los últimos minutos de mi vida. Pero el pasado septiembre, el hermano de mi mejor amigo falleció por su propia voluntad. Recuerdo vívidamente la rabia que me dio que se me hubiera adelantado, cómo le maldije por atreverse a hacerlo antes que yo.
Pero en aquel momento ya estaba trabajando con un psicólogo, que me remitió a un psiquiatra. No tenía muchas esperanzas, lo había planeado todo de todas formas, pero ver a mi mejor amiga sufrir después de que su hermano la dejara me hizo ir al hospital.
La psicoterapia junto con la medicación empezó a dar resultados. Poco a poco fui mejorando. Aún no he salido del todo, incluso después de la inauguración de mi exposición, lo primero que pensé fue que sería muy divertido fallecer ahora mismo, en una sala vacía, entre mis creaciones.
Sigo en el camino de la recuperación, sigo reaprendiendo a vivir y a sonreír. Y podéis ver mi duro y espinoso camino hasta convertirme en artista en la exposición titulada «Espejo», que existe gracias a El proyecto «Arte en llamas» con apoyo de Departamento de Cultura y Educación de Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Galería de fotos del día de la inauguración de la exposición «Espejo»
PDF de la exposición «Espejo»
(c) Raquel Aguilar Díaz, entrevista; Anastasia Shevchenko, fotos, pdf y biografía