viernes, junio 6, 2025
Ecología

¿Es realmente accesible vivir de forma ecológica? Reflexiones desde lo cotidiano

Lo ecológico está de moda, no cabe duda. Tanto si se es una persona concienciada con la biodiversidad y la protección del medio ambiente como si no, somos conscientes de ello.

La agricultura ecológica, el cuidado del ecosistema, la utilización de materiales ecológicos o reciclados, la reducción del consumo y la generación de residuos “zero waste”, y el uso responsable de las energías y bienes naturales, no son temas desconocidos.

A nadie le extraña, hoy por hoy, encontrar bolsas reciclables en el supermercado. Envases, objetos o prendas “slow fashion”, hechos con materiales que vienen de su transformación. Vehículos que contribuyen a contaminar menos las ciudades. Productos que son fruto de una producción libre de tóxicos, o de cultivos sin pesticidas.

Para algunas personas esto es solo una tendencia que incluso en política sirve para ganarse unos votos. No obstante, la Ecología como tal viene ya de la Antigua Grecia.

Dicho término, proveniente de las palabras griegas: Oikos-Hogar y Logos-Estudio, fue creado en 1869 por el naturalista alemán Ernst Haeckel, para el estudio de las relaciones de los seres vivos y su ambiente. 

Por lo tanto, esta tendencia “Eco-friendly”, si bien puede ser una tendencia (¡bendita sea, dicho sea de paso!), no la hemos inventado nosotros. 

Defensores de la Naturaleza como Félix Rodriguez de la Fuente, Jack Cousteau o Jane Goodall, solo por mencionar a unos pocos. Precedentes de los actuales influencers eco o “sustainability influencers”. Ya nos advirtieron de la necesidad de proteger y cuidar nuestro hábitat, y de volver a recuperar la conexión con la naturaleza. Algo que se ha ido perdiendo de un modo progresivo. Desde el momento que decidimos abusar de la naturaleza, en vez de convivir con ella. Justificando nuestros actos por el bien del desarrollo y el progreso de la Humanidad.

Pero ahora he de ser un poco abogada del diablo. ¿Es fácil hacer frente a la masificación del uso del plástico, al derroche, a la alimentación vacía de nutrientes, a la vulnerabilidad del ecosistema ante nuestra ambición depredadora? ¿Es accesible a todos los bolsillos? 

Si has entrado en un supermercado eco, con la ilusión de llenar tu cesta de la compra de productos ecológicos y biológicos, te habrás dado cuenta de que tu tarjeta de crédito cunde mucho menos que si optas por ultra procesados apestados de químicos. Por mucho que digan los expertos que dichos productos te van a nutrir mejor y que ahorrarás en medicinas. Siempre que no sean productos procesados, pero ese sería otro debate. 

Lo cierto es que una familia con hijos, hipoteca, y trabajos de ingresos medios, tenderán a priorizar el hecho de llenar la barriga mientras cubren otros gastos, a una salud a prueba de medicinas.

Si eres mujer, especialmente, y si has decidido, como es mi caso, renunciar a que tu piel toque nada que sea producido con petróleo. Sólo tienes que presentarte en cualquier tienda de moda, y comprobarás, etiqueta por etiqueta, que menos de un 25% de la ropa que se comercializa está libre de plástico o derivados. 

La practicidad (menos arrugas-menos trabajo + resistencia), y el menor coste económico de estos tejidos, desde el boom de los años 60, ha hecho que los materiales naturales sean menos apreciados por las masas. Y a su vez, un capricho de pudientes o de quienes se han montado al movimiento “eco friendly”. 

En definitiva, o cobras lo suficiente para costear los precios más altos de estos materiales naturales, especialmente si son de producción ecológica y de consumo justo, o te conviertes en tu propia modista. De lo contrario, la próxima vez que vayas a una tienda, tu posibilidad de elección se reducirá a una docena de prendas (con suerte). 

Esta es solo una pequeña muestra de las dificultades que uno se puede encontrar. Pero apostar por un mundo más ecológico debería ser nuestro interés común. Teniendo presente, sin duda, que todo un decálogo de normas en su favor nos hará renunciar a ciertas partes de esa sociedad consumista a la que estamos acostumbrados.

Este es un tema controvertido, apasionante y, sobre todo, algo a lo que tendremos que hacer frente antes o después. Sólo hay que fijarse en el creciente número de personas que ha decidido dar un giro a sus vidas tras entender que el ser humano necesita de la Naturaleza y forma parte de ella. 

Aunque este, quizás, sea tema para otro día.

(c) Luna Hexen, texto y fotografias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *