viernes, marzo 28, 2025
Humanidades

El Club de los Iguales

Damos la bienvenida a nuestra revista a Cristina Juesas, Juan Alberdi y Jon Gotzon Laburu, las personas que están al frente del Club.

Explicad a nuestros lectores qué es El Club de los Iguales.

El Club de los Iguales es una reunión mensual que se celebra alrededor de una mesa, quedamos para cenar y en esos encuentros invitamos a una persona que tiene algo que contar. Puede ser una persona que puede dedicarse al mundo de la investigación, de la cultura, políticos, músicos… Por otro lado se invita a miembros del club, los denominados “iguales” que acuden a la cena para hacer preguntas al invitado.

La cena tiene unas reglas: Manifestaciones de aprecio o desprecio, silbidos, aplausos y cualquier falta de respeto están absolutamente prohibidos. Existen normas estrictas que cumplen los asistentes para proteger la disidencia y la conformidad.

El invitado acude, no para convencernos ni para darnos un sermón, sino para encontrarnos en el desencuentro. A veces, acuden personas con las que no tenemos por qué coincidir en cuestión de ideas, pero necesitamos hacerlo desde una óptica de tolerancia, viendo lo que tiene que decirnos, siempre desde un respeto extremo. Entre nosotros podemos tener diferencias, pero el invitado siempre ha de sentirse respetado y cómodo. Cualquier punto de vista ha de ser válido.

¿Cómo se origina esta idea?

El Club nace en Vitoria en el año 2002. Se fue exportando la idea a Bilbao, Barcelona, Madrid, Sevilla y hasta Londres.

¿Es un evento dirigido a todo tipo de público o solamente a uno con un tipo de intereses determinado?

A El Club de los iguales acude todo tipo de público, con todo tipo de ideas y formas de pensamiento.

Necesitamos proteger esas normas que mencionamos previamente. Si de repente al club se suman por ejemplo, diez personas nuevas, sería complicado mantener ese orden que a lo largo del tiempo se ha establecido. En el club hay personas de todo tipo: con estudios, sin estudios, con unas ideas diferentes de otras y todo el mundo es bienvenido.

¿Qué hay que hacer para pertenecer al club?

Se accede siempre a través de una invitación de una persona que ya forme parte del club. Enviamos unas invitaciones de forma mensual a través de un correo. La gente que va a asistir nos contesta y unos días antes de la cena siempre enviamos un recordatorio con la lista de las personas que van a acudir a la cena. Esto se hace por un motivo: si hay una persona que vaya a asistir a la cena y hay alguien del club con quien tenga algún tipo de diferencia, buscamos la forma de gestionarlo de manera que todos nos sintamos razonablemente a gusto con el resto de invitados.

¿Son reuniones a las que se puede acudir de forma aislada o se requiere de un compromiso de asistencia?

Unos 15, además de nosotros, los organizadores, acudimos de forma continua. Por otro lado esto va por temporadas, hay gente que acude asiduamente, y por otros motivos (viajes, motivos personales) dejan de venir una temporada.

No hay una obligación de asistencia, pero si queremos entre todos que este club funcione, si formas parte de él tienes que tener cierto grado de compromiso.

Nos gusta que todos nuestros invitados se sientan bien acogidos y que todos por igual tengan la misma recepción por parte de nuestros asistentes a la cena.

¿En qué consiste la reunión?

Desde que se envía la convocatoria la gente va contestando por correo electrónico y se reserva el lugar de la cena.

Nos reunimos quince minutos antes de cenar y aquí sí que hay una rutina estricta donde el que modera invita a presentarse a todo el mundo para que el invitado sepa con quien esta cenando. Después se presenta el invitado y a continuación empiezan las preguntas. Pueden ser de cualquier índole, sin tener que ser de un tema que tenga que ver con la materia original que trae a la persona a la mesa.

La temporada de las reuniones es de septiembre a verano, parando en navidad.

¿Alguna reunión o invitado que os gustaría recordar?

Por el club han pasado cantantes, famosos, políticos como el Lehendakari, actores, gente del arte, investigadores, profesores de universidad… siempre gente con algo que decir. Lo que nos diferencia en el club es la capacidad de escucha desde el máximo respeto.

Como comentamos, al club ha acudido gente muy interesante de diferentes campos. Hacemos especial mención al subdirector de la cárcel de Zaballa por su grandísima calidad humana, partidario de hacer la vida más fácil a los presos. Tenía unas ideas muy alejadas de cómo castiga la sociedad a la gente que esta en la cárcel.

Otras personas a destacar son Montse Neira, el astronauta vasco Josu Feijoo, el forense Paco Etxeberria o el músico Mike Kennedy.

El símbolo del Club

Al finalizar la cena, se le coloca al invitado en la solapa de la chaqueta o en el vestido una flor “no me olvides”, que es el símbolo del club.

Los judíos en la segunda guerra mundial se ponían esta flor en la solapa para recordarse a sí mismos que una vez fueron libres y que volverían a serlo.

Los liberales en la Alemania nazi o miembros de varias asociaciones filosóficas también hacían uso de este símbolo, es el reflejo del libre pensamiento.

Fomentamos esa libertad de expresión desde el club.

El club de los iguales no es solo una cena para charlar con gente interesante bajo unas reglas, sino que también tiene una vocación que trasciende al puro evento que es propagar una actitud de respeto y de aceptación del diferente con el cual no puedes coincidir en ciertas cosas pero estás sujeto a ciertas formalidades que te hacen apreciar a la persona mas allá de sus opiniones.

El club acerca a personas que en circunstancias normales estarían en una distancia perpetua.

(c) Raquel Aguilar Díaz, entrevista; El Club de los Iguales, logo y foto

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