El principio del principio

Esta muestra artística es mucho más que una exposición: la obra pictórica de Marijo Lojo Escalante, la artesanía en madera de José Ángel Petralanda y la poesía de Jorge Gibau Bustos nos hacen viajar a ese mundo imaginario y eterno del tiempo en el arte. También se detiene en esas emociones que pueden darnos calor en nuestras vidas. Gracias a un pequeño milagro, la sensibilidad de estos creadores sale a la luz para hablarnos sin emitir sonido, recordándonos que también se puede dialogar sin palabras.

No voy a decir que esta exposición es maravillosa, porque soy uno de sus autores y soy malísimo para darme publicidad. Con los años he preferido esconderme y seguir escribiendo, pero cuando me ofrecieron formar parte de este proyecto dije “adelante” sin pensarlo, porque se trata de mirarnos por dentro y escarbar en nosotros mismos. Existe un trasfondo en esta aventura: los trazos de la pintura de Marijo se unen a los relojes de madera de José Ángel y a la poesía de Jorge. Trazos en el tiempo se atreve a buscar en ese lugar que a veces nos da miedo mirar, pero con la certeza de que, pase lo que pase, mañana volverá a amanecer. También demuestra que la palabra escrita puede acercarse a las formas pintadas y esculpidas para iniciar un diálogo sobre lo que es el arte.

Entramos en ese centro cívico y encontramos un pequeño pasillo en el que se ubica la exposición. Al final, lo sentimos como un espacio propio para reflexionar: ¿quiénes somos? ¿Dónde colocamos al tiempo en nuestro día a día? Así se genera una comunión entre el artista y el visitante, entre el arte y el espacio mismo. Es una caricia que recorre nuestro cuerpo, pero también un ejercicio de aprender a mirar el paso del tiempo.

Este proyecto cultural nos invita a pensar. Y quien no quiera pensar, con esta exposición puede aprender a hacerlo: dentro de los relojes habitan mundos mágicos, dentro de los cuadros se plasma una expresión actual sobre el todo de este planeta que, a la vez, se convierte en la nada de sus trazos. Y al final, las reflexiones poéticas buscan ese lugar profundo de nuestro ser que nos ayuda a comprendernos mejor.