Hazlo tú mismo
Fue un creador, ¡no! es un creador; cuando hablamos de Kike Loyola el pasado no existe, ese pasado en el que nos hundimos los literatos porque a los textos les da otro aliento, tal vez romántico. Con Kike esto deja de existir. Por esta razón me voy al presente para acercaros a alguien que el viernes 2 de Mayo de 2025 se fue a hacer sus bolos a la eternidad para no regresar.
Con nuestro amigo Kike la palabra arte adquiere otro significado. De mirada risueña y a la vez lánguida, que se mete en tu corazón porque sólo él puede mirar así, de una forma totalmente espiritual y creativa dando su arte a los que le rodean.
Vitoria, ¡su Vitoria! espera su próximo monólogo en cualquier escenario con su público siempre fiel; pero, a parte de monologuista, Kike es músico, actor de doblaje y realizador, dando sentido al hombre del renacimiento en el Euskadi moderno; tan pronto te cuenta un chiste como te da una magistral clase de cine.
Él cambia el oxigeno de los escenarios, los vuelve un poco más vivos e incluso se atreve a que el público contemple otra forma de ver la vida con una visión totalmente desconocida. Sin embargo, su mayor logro es el renovar esta ciudad artísticamente, siempre ha sido uno de los impulsores para que Vitoria tenga un aliento más cosmopolita; su mirada iba viajando por nuevas ideas que a la vez eran originales.
Kike entiende perfectamente lo que es la melancolía de alguien creativo que se expresa con el amor de su obra y que vive para su gente, estamos viendo a una persona generosa y empática bajo un mundo que no le termina de entender; así es el hombre cuyo destino es sacar una sonrisa a un público que le arropa y le quiere.
“Hazlo tú mismo”, era una de sus frases favoritas.
Kike, nos negamos a hablar sobre ti en pasado aunque hayas salido de gira a una eternidad que te va a admirar como te admiramos en esta ciudad que has abandonado.
(c) CulturaBAI, texto
