sábado, mayo 24, 2025
Tras la huella vasca

Tras la huella vasca en Madrid (2ª parte)

Allá vamos, retomando lo que dejamos, y en donde lo dejamos, ¿Escuchasteis el audio de nuestro querido conserje? Si no lo habéis hecho todavía, os ánimo a que lo hagáis, y así meteros más de lleno en lo que os voy a ir narrando. Lo tenéis en la primera parte de este artículo, “ Tras la huella vasca en Madrid”.

Continuamos en la Casa Vasca, un local ubicado en pleno centro de Madrid, que acoge multitud de actividades para todos los socios, sean vascos o no. Si antes del tour queréis coger fuerzas y degustar una comida típica vasca, os animo a que entréis en el restaurante Sagardi, comida de la de antes y de calidad.

El restaurante está ubicado en el interior de las instalaciones, nada más entrar a mano derecha.

También podéis hacerlo a la inversa, eso si, llamar con antelación, que no es fácil reservar en el Sagardi de un día para otro.

Comenzamos la visita y lo primero que nos encontramos en frente del restaurante es un “Euskaltegui” donde imparten clases de euskera para todas las edades y niveles.

Nor-Nori , Nor-Nork.. y todo ello diferenciado en colores, así da gusto aprender.

La enseñanza del euskera en Madrid está de moda, y no sólo para los madrileños, también y cada día más, para todos los extranjeros que quieran aprender nuestra lengua. Las aulas gozan de todo lo indispensable para una enseñanza de calidad y con muy buenos profesores.

Avanzamos y antes de entrar en la biblioteca, nos encontramos con este espectacular piano, como si hubiese estado allí toda la vida, anunciando a los lehendakaris que aparecen en la pared. Desde Ardanza hasta Ibarretxe pasando por Patxi López, Urkullu y Garaikoetxea. ¿Sabrías decir cuál es cuál? Seguro que sí, unos mejor, otros también, nos han representado durante varias décadas.

El piano no parece anunciar a ningún dirigente más, así que nos trasladamos a la biblioteca con entusiasmo y sorpresa.

Libros apilados por todos los lados, dejando ver el enorme patrimonio que esconde la cultura vasca .

Parece ser que cualquier persona puede traer libros y depositarlos en la biblioteca, el único requisito es que la temática gire en torno a la cultura vasca.

Me ha hecho ilusión ver el libro que yo tuve en segundo de BUP , “ Jotake 2 “ . Interminables se me hacían las horas de euskera, no era lo mío, eso estaba claro. Tampoco el profesor ayudaba, si lee esto , se acordara de mí, el Irakasle Endika..😉

Me hubiese encantado quedarme aquí un buen rato más para cotillear un poco, pero preferí continuar la ruta con nuestro querido Paco y que me siguiese contando.

Los pasillos están llenos de fotos antiguas que bien merecen una sala propia.

Esta última foto corresponde al Portalón, rehabilitado y convertido en uno de los mejores restaurantes de Vitoria.

El Portalón forma parte de la historia de Vitoria en los últimos siete siglos. Fue fundado como casa de postas en el siglo XV. Los mercaderes de la época se alojaban a su paso por nuestras tierras. Accedían a través del gran portón de madera que da nombre al propio edificio, y allí guardaban sus cabañas y carruajes a salvo de posibles robos. A lo largo de los siglos, el edificio ha pasado por diferentes avatares. En los años 50 del siglo XX fue adquirido por la Caja Provincial de Ahorros de Álava, que lo rehabilitó y le dio su actual uso como restaurante. Si no has estado todavía, te estas perdiendo el placer de degustar comida de primera en un ambiente que te transportará siglos atrás.

Y ahora, nos dirigimos al txoko, algo tan característico de nuestra tierra, donde los hombres se reúnen a cocinar, comer, degustando nuestra deliciosa comida vasca, y, donde las mujeres están cada vez más presentes.

Aquí tenemos a Paco, contándome las comilonas que hacen y también lo que hacen después. Vamos al cotilleo.

¿Veis esta azotea? Aquí es donde salen los comensales a tomar el aire después de los manjares saboreados, y sobre todo, de los vinillos y otros combinados que llevan en sus espaldas. Cuando el alcohol se sube a la cabeza, nos creemos invencibles y ellos no podían ser menos. En ocasiones, me cuenta Paco que se asoman a la barandilla, con el riesgo que ello supone. Justo enfrente se encuentra el Congreso de los Diputados, serán las vistas lo que hace que se asomen y asuman tal riesgo. Con el susto en el cuerpo, abandonamos la terraza y saliendo a mano izquierda del txoko, vamos a un gran salón, “La Egongela” con sofás de cuero negro, que bien podían haberse utilizado en los cafés tertulias que existían en España a finales del siglo XIX y principios del XX, donde se conversaba sobre una amplia gama de temas, desde literatura y arte hasta política y religión.

Momentos de relax y conversaciones amenas tienen lugar en estos confortables sillones, donde parece que se ha parado el mundo para dar paso a un tiempo de calidad y paz.

Curioso este cuadro que cuelga en la pared de este salón. Vemos representada la tamborrada infantil de Donostia. El 20 de enero, día de San Sebastián, es el día grande de la ciudad. Durante todo el día se celebra la famosa tamborrada, en la que un gran número de gente sale a la calle a tocar las famosas piezas de la tamborrada de Sarriegui.

Y si seguimos la estancia, nos encontramos más fotos que hablan de los nuestros, de nuestras raíces.

Bajamos las escaleras y el conserje me enseña una puerta que da a su casa, el vive allí y se encarga de todo el mantenimiento y de mucho más. Custodia esta casa, que es la casa de todos, una casa que esconde en cada rincón un pedacito de la tierra y costumbres de los vascos.

Toca despedirse, de Paco, que tan amablemente nos ha tratado, y también de todo lo que dejamos atrás, de todos y cada uno de los vascos que aparecen reflejados en las paredes, de los libros que hablan por medio de la tinta de sus hojas, y como no, de todos los que forman parte de la casa vasca. Una gran familia, que abre sus puertas y acoge a todo aquel que quiera descubrir de primera mano lo que hay detrás de esa inmensa puerta blanca.

Un pedacito de nuestra huella, también ha quedado allí.

Y aquí me tenéis, de regreso a mi casa en Madrid, en la sobremesa. Comienzo a recordar todo lo que he aprendido y vivido hoy y mi mente ya empieza a pensar a dónde nos vamos a dirigir en el próximo viaje.

Os planteo una pregunta.

¿A qué lugares de España os gustaría transportaros en donde nuestras raíces hayan dejado huella? Os leo en comentarios 🥰

(c) Rosa Lafuente, texto y fotografias

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