Los umbrales donde todo puede suceder
Érase una vez un umbral, un todo y un cuento. Este “érase una vez” ha sucedido hoy a las 19:30h en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, dentro del Festival Internacional de Cuento literario de Álava”.
La palabra “umbral” es la que llama mi atención en la cita de hoy y que me remonta a fuego, a calor de hogar y aunque la “l” (lumbar) debió quedarse en alguna de aquellas lumbres, hoy traspasamos el umbral para mirar, escuchar y conversar con Cristina Fernández Cubas.
Al entrar en la entrevista (el hogar al que hoy asistimos) enseguida me quedo con la atmósfera de la misma y es esta palabra la que uso, no por antojo propio, sino porque ELLA me ha llevado a generar en mi cuaderno y en mi mente un imaginario muy claro de palabras y de imágenes.
A Cristina Fernández Cubas le interesa lo que no se ve. Le interesa mucho.
A Cristina Fernández Cubas le mueve lo fantásticamente oscuro. Le mueve mucho.
A Cristina Fernández Cubas le gusta narrar maldades deliciosas. Le gusta mucho.
A Cristina Fernández Cubas le narran sus propias vivencias. Narra mucho.
Escritora y gran exponente del género del cuento, ELLA es una mujer cuyas palabras envuelven durante más de sesenta minutos la sala. Siempre en un mismo tono y jamás sin perder una pizca de elegancia y solera, perfecta combinación de una dama de los cuentos.
Su primer libro de cuentos “Cosas que ya no existen” la llevó a hacer su verdadera carrera literaria que, desde entonces compartiría en título con el de Derecho y Periodismo. Escuchándola, me atrevo a decir que hay una subcarrera cursada en su vida que es la de turismo. Viajera, viajante y viajadora. Muchos son los destinos que salen en la entrevista y que han formado parte de ese curriculum de vida y, por tanto, material de párrafos, textos e historias.
Cristina ha tenido una bella vida que nos narra a modo de capítulos de cuentos y que dan un perfecto hilo conductor a esas portadas, personajes y aventuras que saltan de un cuento a otro.
Ella misma nos dice que un libro es una propuesta de viaje y hoy, os aseguro que he viajado con ELLA.
Incluso me atrevería a describir mi atuendo para este viaje y no me refiero al que llevo puesto en esta tarde de invierno vitoriano, sino a ese traje que mi imaginación ha construido para viajar con ELLA por sus cuentos.
Y si hay algo que mi cabeza ha construido perfectamente es la imagen que he dibujado en mi cuaderno a modo de apunte gráfico porque esta escena no me ha llevado a juntar palabras , sino a construir el munidos e Cristina que creo que ha sido la musa, la inspiración, la magia y la tinta de sus historias.
Cerrad los ojos: visualizad una casa frente al mar y notad el sonido de ese mar. Entre ese mar sonoro y esa casa con umbral tres niñas pequeñas y otras dos figuras más mayores. Entre el mar, las personas y la casa con umbral existe otra persona grande que es una gran persona: La Totó. Lea niñera de Cristina en su infancia que, sin duda, es la Fran protagonista a la hora de inculcar ese amor por los cuentos y las historias.
“Quiero que mis lectores den vueltas a la cama a mis historias , igual que yo daba vueltas a las historias de la Totó”
Y después de años, de experiencias diversas con sus personajes y de abrazos infinitos con sus cuentos, Cristina Fernández Cubas considera que su literatura es inquietantes porque así la siente al escribirla y , de esa manera, tiene seguridad en que sus lectores se van a inquietar.
Conseguido queda pues alguno de los muchos objetivos que las escritoras tienen con cada una de sus historias.
“Comunicar emociones, eso es escribir”
El final de esta entrevista, de este viaje llega con una reflexión con la que podría hacerme una camiseta para seguir viajando con ELLA por sus cuentos deliciosamente oscuros , inquietantes y fantásticos:
“Los cuentos nunca acaban del todo”
Pequeño vídeo resumen
(c) Arantza Cordero, texto; LuisÁn Ortiz, grabación, edición y montaje del vídeo, e imagen