jueves, enero 23, 2025
Cine y TV

Rodar como necesidad

Nuestro mundo cinematográfico tiene en sus branquias un espejismo del que a veces no somos conscientes, pero presente. No puede existir vida sin cine y viceversa, todo arte hay que cuidarlo, pero los rodajes, en sus necesidades, todavía carecen de los sentimientos básicos para vivir.

En esta serie de charlas de Rodar en Euskadi, los profesionales del sector nos han ayudado a empatizar con sus carencias y nos hemos visto reflejados en sus trabajos, desde los aspectos técnicos hasta los creativos. ¡No se trata de ver una película, sino que la misma película se meta en tus necesidades primigenias!

Para entender esto, voy a recordar una película pionera en el movimiento de cámara, El último (1924),dirigida por F.W Murnau; este filme nos lleva a un lujoso hotel y nos cuenta la historia de su portero,relegado a friegaplatos, porque ya es muy mayor para dar la bienvenida a los inquilinos.

El último puede ser una metáfora del cine actual, donde se están olvidando sus inicios para deambular por un camino inhóspito y poco original. En todas las décadas hay que cuidar nuestra memoria cinematográfica; ya no es endiosar a Plácido o El verdugo como joyas de este país, sino es decir a nuestros hijos que existen Plácido o El verdugo, para comprender como sigue pensando este país.

Cuando me lo dijeron no lo entendí muy bien, era uno de mis primeros festivales de cine hace unos veinte años más o menos, pero esa reflexión se me quedó grabada a fuego en mis recuerdos; claro que yo ya conocía la obra de Luis García Berlanga y su importancia para nuestra filmografía.

Ahora el problema es otro y está dentro del sector, se está olvidando la calidad y la originalidad para empezar a subsanar otros problemas más técnicos y se está también dando importancia a historias que son poco originales…

Señores, James Whale, Frank Capra y John Huston ya existieron; no nos vamos a poner ahora a dirigir otra vez Arsénico por compasión, El tesoro de Sierra Madre o Frankestein (1931), pero conocer esas películas es como leer El Quijote ¡imprescindible!

Tenemos que buscar nuestro propio lenguaje audiovisual sin olvidar las batalla técnicas y artísticas y dejad de tratar al cine como ocio porque las películas también pueden sanar almas.

¿Qué importa que la mirada sea masculina o femenina? Los hombres tenemos derecho a existir como las mujeres tienen derecho a vivir dentro del séptimo arte.

(c) Jorge Girbau Bustos, texto, entrevistas y grabación de audio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *