Vacunas: el ejército invisible
¿Te acuerdas de la primera vez que te vacunaron?
Probablemente no, pero sin duda tus padres lo recordaron durante mucho tiempo. Esos berridos como si te fuesen a degollar allí mismo, esa consulta de Pediatría llena de fotos con bebés sonrientes, esas palabras automáticas del enfermero “¡Si no duele nada!”… Aunque a todo el mundo le doliera más el drama que el pinchazo. Una escena tan fácil de olvidar que puede parecer insignificante, pero que esconde uno de los logros más importantes de la medicina moderna: las vacunas.
Gracias a ellas, hoy podemos vivir sin miedo a enfermedades que durante siglos dejaron a incontables padres sin sus hijos, a millones de niños sin sus madres y a cientos de miles de personas con secuelas gravísimas y dolorosas que les durarían toda la vida, como en el caso de la poliomielitis o la viruela, erradicadas (en el caso de la viruela) o en vías de estarlo (poliomielitis) gracias a las vacunas.
Hoy en día han surgido muchas corrientes contra este avance de la ciencia que nos ha permitido aumentar nuestra esperanza y calidad de vida, y empezamos a ver las consecuencias de este movimiento anti-vacunas: niños fallecidos, brotes epidémicos donde hacía décadas que no se veía un solo caso de cierta enfermedad… ¿De verdad queremos volver al siglo XVIII, antes de que el médico inglés Edward Jenner salvase miles de vidas descubriendo la vacuna contra la viruela?
Como la información es la mejor vacuna frente a la ignorancia, vamos a conocer un poco más sobre este logro en la historia de la humanidad, abarcando su modo de actuación, los falsos mitos que circulan por doquier y las principales vacunas que oiremos mencionar en la consulta del médico de cabecera o en la cola del supermercado, para tomar las decisiones de forma informada y veraz.
Funcionamiento: un entrenador personal altamente especializado para tu sistema de defensa
Por usar una metáfora sencilla, pongamos que tu organismo es como una gran ciudad que, de repente, se ve asediada por un grupo de invasores que ya ha hecho caer a otras ciudades-persona de los alrededores.
¿Qué te vendría de perlas? Un ejército entrenado, que conozca todos los puntos débiles del enemigo. El ejército ya lo tienes, es tu sistema inmunitario… Pero es probable que tarde un poco en reaccionar ante un invasor desconocido, sobre todo si viene disfrazado.
¿Todo está perdido, entonces? ¿Dejarás que sucumba una parte de la ciudad hasta que tu sistema defensivo se dé cuenta de que está siendo atacado y aprenda cómo acabar con el invasor? ¡No! Aún te queda un as en la manga: ¿y si un aliado te enviase a un espía que conoce al dedillo las características del enemigo? Pues bien, las vacunas son precisamente eso: informantes superespecializados que actúan como entrenadores personales de tu sistema inmunitario.
El espía aliado es capaz de simular las tácticas de tu atacante sin provocar ningún tipo de enfermedad, para que tus defensas puedan entrenarse y fabricar anticuerpos específicos. Así, cuando el verdadero enemigo llega, ¡tu ejército interno ya sabe cómo derrotarlo!
Pero, ¿cómo se llegó a ese descubrimiento tan genial?
Vacuna viene de vaca: el experimento poco ético que dio lugar a las vacunas
Corría el siglo XVIII y la viruela era una de las enfermedades más temidas del planeta, que dejaba a su paso muerte, cicatrices y desolación.
Por aquel entonces, el médico inglés Edward Jenner se dio cuenta de algo curioso: mientras la viruela humana hacía estragos, las ordeñadoras de vacas parecían inmunes a la enfermedad. ¿La razón? Estas mujeres contraían una versión mucho más leve llamada “viruela bovina” (algo así como la prima sin instintos asesinos de la viruela humana).
Entonces, Jenner hizo algo que hoy pondría los pelos de punta a cualquier comité de ética: tomó pus de una lesión de viruela bovina y se lo inoculó a un niño llamado James Phipps (a quien, por cierto, deberíamos hacer una estatua). Semanas después, Jenner expuso al pequeño James al virus real de la viruela humana y el niño no enfermó. Así nació la primera vacuna, palabra que, por cierto, viene del latín vacca.
Desde aquel día, las vacunas se convirtieron en uno de los pilares de la medicina preventiva. En el siglo XIX, Louis Pasteur tomó el relevo al desarrollar vacunas contra la rabia y el ántrax, consolidando así la importancia de esta práctica médica que hoy salva millones de vidas en todo el mundo.
Beneficios exponenciales de las vacunas (más allá de no enfermar tú mismo)
Quizá pienses que la función principal de vacunarse es evitar pasar el mal trago de la enfermedad, pero es mucho más que eso. Al vacunarnos, también protegemos a los demás, especialmente a aquellas personas vulnerables como bebés, ancianos o personas con enfermedades crónicas. Esto se llama inmunidad colectiva o “de rebaño” y evita que las enfermedades se propaguen tan rápido.
Gracias a esta inmunidad colectiva, se han conseguido logros muy importantes:
- Viruela: Esta enfermedad que ya hemos mencionado, y que durante siglos dejó millones de muertos y cicatrices permanentes, fue oficialmente erradicada en 1980 gracias a las campañas mundiales de vacunación.
- Poliomielitis (Polio): En los años 50, esta enfermedad paralizaba o mataba a cientos de miles de niños cada año. Hoy, gracias a la vacunación, estamos a punto de erradicarla del planeta.
Por eso es importante recordar que, cuando te vacunas, no solo te cuidas a ti mismo, sino que contribuyes activamente a proteger a quienes te rodean. Y puede que, en un futuro, otros te protejan a ti también.
Vacunas que debes conocer (y cuándo ponértelas):
1. Tétanos
- ¿Qué es? Una enfermedad causada por una bacteria que entra al cuerpo a través de heridas abiertas y provoca contracciones musculares dolorosas, rigidez y que puede llevar a la muerte por parálisis de los músculos respiratorios.
- ¿Cuándo vacunarse? Cada 10 años, especialmente si tienes riesgo de exposición a heridas profundas o contaminadas (manejo de maquinaria o elementos afilados, excursiones por el campo…). Cuando hayas recibido 5 dosis, se considera que tu cuerpo queda inmunizado de forma permanente. Aunque, si no recuerdas cuándo te has puesto la última vacuna, es mejor prevenir que curar… ¡Y recordarlo para la próxima!
2. Neumococo
- ¿Qué es? Una bacteria que puede causar infecciones graves como neumonía o meningitis.
- ¿Cuándo vacunarse? Si tienes más de 65 años, es probable que hayas oído mencionar esta vacuna, porque está recomendada a partir de esta edad. También en bebés y personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas. Solo se precisa una vacunación en la vida.
3. Gripe
- ¿Qué es? Una infección respiratoria vírica que, si bien en personas sanas no deja de ser una infección incómoda pero banal, puede complicarse seriamente, especialmente en personas mayores, niños pequeños o pacientes con problemas respiratorios o enfermedades crónicas. Anualmente la gripe causa miles de muertes en todo el mundo.
- ¿Cuándo vacunarse? De forma anual, preferentemente al inicio del otoño, si tu médico lo recomienda. Es prioritario vacunar en primera instancia a los grupos de riesgo.
4. COVID-19
- ¿Qué es? Una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2, altamente contagiosa, que puede producir problemas respiratorios graves e incluso la muerte, como por desgracia hemos podido comprobar desde 2019.
- ¿Cuándo vacunarse? Puede hacerse de forma anual. La vacunación es importante en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y trabajadores esenciales.
5. Virus del Papiloma Humano (VPH):
- ¿Qué es? Una infección vírica de transmisión sexual muy frecuente, relacionada con cáncer de cuello de útero, además de otros cánceres como los de vulva, vagina, ano, pene y algunos tipos de cáncer orofaríngeo.
- ¿Cuándo vacunarse? En España, la vacuna contra el VPH está incluida en el calendario vacunal oficial y se recomienda especialmente en la adolescencia, antes del inicio de la actividad sexual. Actualmente, se administra a niñas y niños a los 12 años. Además, se recomienda la vacunación hasta los 26 años para quienes no se hayan vacunado previamente, y en algunos casos específicos puede administrarse más tarde, siempre valorándolo previamente con un médico.
6. Sarampión
- ¿Qué es? Es una enfermedad vírica muy contagiosa que puede producir complicaciones graves como neumonía o encefalitis, especialmente en niños menores de 5 años y personas inmunodeprimidas.
- ¿Cuándo vacunarse? La vacuna contra el sarampión está incluida en el calendario vacunal infantil oficial de España, formando parte de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola). La primera dosis se administra habitualmente a los 12 meses y la segunda entre los 3 y los 4 años. Después de décadas en descenso, a partir de 2021 se ha visto un incremento de los casos de sarampión a nivel mundial y también en España. Según el AEP-CAV (Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría), varios casos han sido importados o en relación con ellos, siendo otro porcentaje de origen desconocido. Por tanto, el riesgo de exposición al virus es alto y el riesgo de infección para las personas susceptibles es, también, alto. Sin embargo, para la población residente en España en su conjunto el riesgo de infección es bajo, debido a las elevadas coberturas vacunales alcanzadas. La manera de seguir protegiendo a nuestros niños es mantenerse fieles al calendario vacunal.
Desmontando bulos a base de evidencia científica
Bulo 1: Las vacunas pueden causar autismo
Realidad: Este mito nació en 1998 por un estudio fraudulento del Dr. Andrew Wakefield, publicado en la revista Lancet y posteriormente retirado por ser falso y por graves conflictos éticos (BMJ, 2011). Desde entonces, numerosos estudios rigurosos han demostrado que NO existe ninguna relación entre vacunas y autismo (CDC, OMS).
Bulo 2: Las vacunas contienen mercurio y son peligrosas
Realidad: Algunas vacunas (las menos) contienen timerosal, un conservante derivado del mercurio, pero en cantidades extremadamente pequeñas y seguras. Numerosas investigaciones han demostrado que estas cantidades no son tóxicas para el ser humano y, además, muy pocas vacunas actuales contienen timerosal (OMS, FDA).
Bulo 3: Si me vacuno contra la gripe, enfermaré seguro
Realidad: La vacuna contra la gripe contiene solo fragmentos de virus que no pueden causar la enfermedad. Sí puede provocar leves efectos secundarios como dolor local o fiebre ligera, pero nunca una gripe auténtica, con su duración y sus potenciales complicaciones (CDC).
Bulo 4: La inmunidad natural es mejor que la inmunidad por vacuna
Realidad: Aunque sufrir una enfermedad puede generar inmunidad, también implica riesgos elevados, complicaciones potenciales e incluso la posibilidad de muerte. Las vacunas generan inmunidad sin arriesgar tu salud y sin que tengas que sufrir la enfermedad (CDC, OMS).
Bulo 5: Las vacunas son un invento de los laboratorios para enriquecerse
Realidad: Aunque las farmacéuticas son empresas y, por supuesto, buscan beneficios económicos, las vacunas representan una parte muy pequeña de sus ingresos generales. De hecho, fabricar vacunas es complejo, costoso y no siempre tan rentable como se piensa.
Por ejemplo, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), las vacunas representan solo alrededor del 2-3% del mercado farmacéutico global. Además, muchas vacunas se venden con márgenes muy bajos o incluso a precio de coste gracias a acuerdos internacionales y colaboraciones público-privadas como GAVI (Alianza Global para la Vacunación e Inmunización).
Bulo 6: Nos inyectan microchips con cada vacuna para controlar nuestros cerebros y convertirnos en zombies al servicio de la sociedad de consumo:
Realidad: Primero, respiremos hondo. ¿Microchips en vacunas? ¿En serio? Para empezar, ningún microchip actual podría caber por la aguja diminuta de una vacuna y, de hacerlo, sería carísimo. Además, piensa: ¿realmente necesitan inyectarte algo para saber tu ubicación o tus hábitos de consumo, cuando el algoritmo de Instagram nos tiene más calados que nuestra propia madre y llevamos un teléfono móvil en el bolsillo todo el día?
Dejando bromas aparte, no existe absolutamente ninguna evidencia científica ni tecnológica que respalde esta disparatada teoría. Este mito se popularizó durante la pandemia de COVID-19, siendo desmentido tajantemente por numerosos organismos científicos internacionales como la OMS, los CDC y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Así pues, puedes vacunarte con la tranquilidad de que nadie ha gastado su dinero en insertarte un carísimo y microscópico dispositivo electrónico. Te prometemos que no te convertirás en un zombie controlado por microchips. Aunque si después de vacunarte notas un deseo irresistible de comprar chocolate, probablemente sea porque te gusta el chocolate, no por ningún enrevesado programa de control mental.
Consejos prácticos: ¿Qué esperar después de vacunarte?
Es normal que después de vacunarte puedas sentir molestias leves como dolor o enrojecimiento en el lugar del pinchazo, unas décimas de fiebre, o dolor muscular y cansancio. Piensa que tu ejército interno está dándole duro al entrenamiento y eso también consume energía.
Estos efectos suelen ser leves y temporales. Puedes aliviar el malestar descansando, hidratándote bien y aplicando compresas frías en la zona de la inyección. Si los síntomas persisten o son intensos, consulta con tu médico.
El futuro de las vacunas: lo mejor está por venir
La ciencia no se detiene y la investigación en vacunas sigue avanzando rápidamente. Actualmente se está investigando en posibles vacunas contra el VIH, el cáncer, el virus respiratorio sincitial, enfermedades neurodegenerativas y muchas otras patologías, lo cual resulta tremendamente esperanzador. Las vacunas de ARN mensajero (como las del COVID-19) han demostrado ser una plataforma revolucionaria que abre innumerables posibilidades para protegernos mejor en el futuro.
Vacunémonos contra la desinformación
Las ventajas de disponer de vacunas se han demostrado con hechos y con evidencia científica, al contrario que muchos bulos divulgados con intenciones oscuras. Vacunarse, además, es un acto de responsabilidad no solo con uno mismo, sino con nuestros seres queridos y con toda la sociedad. Informarse adecuadamente es la clave para tomar decisiones saludables y protegerse contra bulos y desinformación.
Si aún quedan dudas por resolver, aquí ofrezco varias fuentes fiables de las que seguir aprendiendo, además del último calendario vacunal aprobado por el Sistema Nacional de Salud:
- Organización Mundial de la Salud (OMS): www.who.int
- Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC): www.cdc.gov
- Ministerio de Sanidad de España: www.sanidad.gob.es
- Asociación Española de Pediatría: vacunasaep.org
- Agencia Europea del Medicamento (EMA): https://www.ema.europa.eu

(c) Nuria Chicote, texto; Foto portada, Pexels, Edward Jenner; Gráfico vacunación, Consejo Interterritorial Sistema Nacional de Salud